QUIÉN SOY?, UNA PREGUNTA COMPLEJA

 QUIÉN SOY?, UNA PREGUNTA COMPLEJA 

Por: Arreola Castelán Wendy 

Red social: Ing @panpan.arreola 

Desde que tenemos uso de razón, se sabe que a lo largo de nuestra vida nos enseñan o nos explican lo importante de identificarnos a nosotros mismos, desde saber que nos gusta, que no, que nos atrae, que odiamos, que acetamos o que rechazamos. Si bien la identificación de quienes somos, hoy en día es un conflicto para poder encontrar una respuesta, siempre ha estado presente, sin embargo, aún no se ha dado una orientación de como poder empezar a encontrar un camino y así seguir para dar una respuesta concreta. En la actualidad resulta ser muy complicado empezar por saber siquiera que es lo que nos gusta y lo que no, si es cierto de que muchos ya tienen una idea al respecto, no siempre suele ser una respuesta orillada al contexto que se busca. El simple hecho de preguntarse quienes somos, transforma todas aquellas inseguridades en un gran problema, puesto a que se conoce que esta generación tiende a sobre pensar las cosas. Y una de esas es sobre si mismo. 

Evidentemente, los que afligen a la personalidad, entendiendo por ello el conjunto de expresiones físicas y vitales, emocionales y mentales. Sin menospreciar el dolor de una enfermedad o de un desarreglo físico más o menos permanente, las circunstancias emocionales son más decisivas, al punto que son ellas las que colorean los pensamientos y aun la disposición física. Es sabido que en más de una ocasión un gran disgusto se refleja de inmediato en el cuerpo de forma u otra, al tiempo que bloquea la mente para todo razonamiento lógico y sensato. Muchas veces caemos en un laberinto donde nos subestimamos, buscamos la aprobación de los demás, caemos en tendencias sociales por encajar y creamos personalidades falsas o aquella que queremos mostrar delante de otros solo por encajar a toda costa. Lo habitual es reprimir la emoción, acumulándola y provocando que un día salga sin control alguno en el momento menos oportuno. Esta decisión la tomamos en base a lo que pensarán los demás si nos ven en ese estado de furia en el que, lo más probable, es que nos encontremos escuchando frases del estilo: “cálmate”, “no es para tanto” o “te has vuelto loco”. En resumen, conocerse a uno mismo es imprescindible para así ir conquistando nuestra libertad, mientras entendemos el sentido de nuestras emociones, escuchándolas profundamente, sustituyendo nuestras reacciones automáticas de siempre por decisiones conscientes, inspiradas en el conocimiento íntimo de lo que nos está en realidad pasando.