La nostálgica y compleja novela de Virginia Woolf
Jesús García Jardín.
El Club de Los Peces Fumadores.
La nostálgica y compleja novela de Virginia Woolf
Es imposible retroceder en el tiempo; es imposible parar el tiempo. Sólo nos queda avanzar aunque no queramos. Muchas cosas cambiarán, algunas personas se irán lejos, desaparecerán. Habrá lugares que abandonaremos y que más nunca volveremos a visitar. Algunos corazones dejarán de latir, hasta que algún día el nuestro haga lo propio. Las agujas del reloj continuarán avanzando; los segundos, minutos, horas y días pasarán ante nuestros ojos. El inexorable e inexpugnable tiempo convertirá todo presente en recuerdos.
De esta forma se puede interpretar “Al faro” de Virginia Woolf, libro publicado en 1927. Esta obra, cargada de melancolía y simbolismo, se ha considerado como una de las mejores y de las más importantes novelas en la historia de la literatura.
¿Pero realmente esto es así? Para comenzar es necesario hablar de la forma de la novela. La escritora británica es conocida por sus experimentaciones literarias, y en esta novela lo podemos notar. La narrativa es compleja como particular. En todo momento estamos dentro de los pensamientos de los personajes, dentro de sus ideas y recuerdos. Realmente hay muy poca acción, incluso podríamos decir que es inexistente.
Sin embargo, esto no es malo, incluso es producto del gran talento literario de Woolf, que a través de elementos cotidianos nos transmite muchas emociones y nos acerca a cada personaje.
Maneja un lenguaje sumamente elegante, pomposo y con muchas decoraciones. Incluso, dentro de un mismo párrafo podemos pasar del pensamiento de un personaje a otro sin previo aviso.
Esto puede ser complejo de llevar para cualquier lector, casi toda la obra es una gran nube de pensamientos, de abstracciones. No obstante, al momento de leerla, a pesar de su complejidad, podemos sentirnos arropados y muy identificados por la nostalgia y melancolía que brotan de cada letra. Podemos ver el reflejo de nuestra vidas, cada hoja es un espejo.
El tiempo pasa, y lo único que sobrevive a él, es el faro de allá afuera, que casi como un demiurgo, observa a través de su rutilante ojo el constante avance de nuestras vidas.
Woolf escribió una novela irrepetible, única y hermosa. Como ella no existirá otro escritor. “Al faro” será un libro eterno, un libro que en sí mismo condenso el paso del tiempo.
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