El peligro de manchar lo icónico.

 ENTRETENDENCIA

El peligro de manchar lo icónico.

El mundo de las películas, series de televisión y más recursos audiovisuales que

han sido parte de los contenidos que hemos sido capaces de disfrutar en

diferentes medios han llegado a hacer una marca especial en una o más

generaciones dentro de la cultura popular actual. Esas frases características, los

personajes reconocibles por una o muchas razones y las historias que te dejan

varias lecciones en la vida, ya sea para adentrarte a una gran aventura o escapar

de un asesino en serie, definitivamente tienen un impacto en nuestra manera de

ver el mundo. Cuando algo es realmente bueno, de una forma u otra y de la noche

a la mañana, se convierte en clásico y obtiene el estatus de icónico. Pero una vez

que logra conseguir este título, las cosas pueden ir de excelente a muy muy malo

si no se controla su expansión. De no ser así, lo que manteníamos como un buen

recuerdo termina siendo una fuente de decepción y nostalgia por lo que un día nos

llenó tanto.

Creo que varios de los ejemplos más contundentes que tuvieron una decadencia

desde su versión original se encuentran en las películas y series. Podemos iniciar

mencionando esas películas de terror slasher que nos dieron personajes que nos

infundían miedo con solo ser mencionados (Jason Voorhees, Freddy Krueger,

Chucky, Leatherface, etc.) pero que ahora, gracias a que fueron utilizados hasta el

cansancio en secuelas, remakes y colaboraciones innecesarias, simplemente nos

generan una expresión de disgusto con la pregunta ¿Otra de ellos? Este caso

también podría aplicar con películas viejas que siguen una continuación en la

actualidad sin cumplir el éxito esperado (Jurassic Park, Halloween, Star Wars,

Ghostbusters, etc.) o las ideas originales del nuevo milenio que fueron explotadas

hasta el cansancio (Saw, Destino Final, etc.). Mientras que en el ámbito televisivo

podríamos encontrar el mismo caso de revivir lo viejo (How I Met Your Mother/How

I Met Your Father) o seguir con lo nuevo sin un fin definido (The Walking Dead,

Grey´s Anatomy, Family Guy, etc.). Sea como sea, estos ejemplos son solo pocos

de como lo que en un momento fue genial pasó a ser algo que yo no llena a esos

fans de hueso colorado y a los fanáticos casuales.

Si nos referimos a contenidos icónicos arruinados por tratar de sacarle jugo de

más, no podemos olvidar las excelentes franquicias que los videojuegos aportan a

la cultura popular. Estas realidades en donde uno tiene el control de una aventura

emocionante, con historias fuertes y entretenidas, y las decisiones que se toman

sobre la vida y entorno de un personaje asombroso nos dieron la oportunidad de

experimentar mundos virtuales desde su aparición en las décadas de los 70´s y

80´s. Claro que, gracias a su creciente popularidad en el ayer y hoy, las empresas

cinematográficas ven mucho potencial en estas franquicias para llevarlas más allá

de la consola, pero todos sabemos o tenemos a idea de que sucede con la

mayoría de estas. Fracaso. No hay película/serie basada en videojuegos que no

pase por una ola de crítica antes de su lanzamiento para que, al menos con la

mayoría, termine convirtiendo las malas especulaciones en realidad. Ejemplos hay

muchos, como Assasin´s Creed, Need For Speed, Hitman, la super infame

película de Super Mario Bros., etc. Y aunque existan excepciones con un

recibimiento medianamente bueno por el público (Detective Pikachu, Sonic, Tomb

Raider (2018)) es casi imposible negar que muchas de esas historias pertenecen

solo y exclusivamente en las consolas de videojuegos.

Tal vez no haya nada de malo con querer más de esas historias que nos

encantan. El saber qué sucedió con este personaje o cómo es su futuro son

incognitas que nos hacemos después de presenciar algo que nos soprendió

totalmente, pero el problema del constante fracaso al tocar lo icónico recae en

empresas que solo buscan colgarse de esto, historias mal desarrolladas que

pierden la esencia de estos mundos ficticios y el desesperado intento de adaptar

estos últimos a una actualidad en donde no encajan tan fácil. Pero certero es que

que esto es algo que está lejos de detenerse