El Club de Los Peces Fumadores.

  Jesús García Jardín.                                       

  

El Club de Los Peces Fumadores.

Andréi Tarkovski, cine y poseía

Con tantos y excelentes directores en el siglo XX es difícil poner uno por encima del otro. Estamos hablando de directores como Kurosawa, Yasujiro Ozu, Fellini, Godard, Kieślowski, etc. 

No obstante, el cine de Tarkovski va mucho más allá. Su cine en sí es más que un simple film, es poesía en movimiento, una fluidez filosófica, acompañado siempre de una hermosa fotografía. 

Andréi nos narra historias entrañables, reflexivas, introspectivas con muchísimos simbolismos y elementos autobiográficos. Sus personajes, mayormente, están en búsqueda de algo más, de algo que les de sentidos a su vida, personajes atrapados en su pasado, en los recuerdos de los días pasados.

Incluso, el estilo de Tarkovski es fácilmente reconocible, sus largometrajes se alejan de las clásicas convenciones. Por ejemplo, El espejo, su más grande obra, es una película que no tiene marcado los actos, va y viene constantemente entre las evocaciones del protagonista. 

Muchas de sus obras carecen de acción y abundan en diálogos, en la relación emocionales y psicológicas entre los personajes, y de estos últimos con sus propios pensamientos.

Regresando al “El espejo'', Tarkovski nos presenta un filme cargado de poesía, no sólo en lo visual, sino que literalmente todas las escenas contienen poemas recitados por la propia voz del padre del susodicho director. Claro, esto puede ser complejo para una audiencia que no está acostumbrada a este tipo de cine. Es lento y a veces complejo llevar el ritmo; sin embargo, su magia es envolvente, hay algo en su estética que nos mantiene pegados a la pantalla.

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