POR QUÉ NO DEBEMOS IGNORAR LOS INCENDIOS FORESTALES

 Sección: Medio Ambiente

Las cifras en México aumentan cada vez más a causa de descuidos humanos.

Nos tomamos a la ligera el saber que los incendios forestales cumplen con un objetivo necesario y esencial en los procesos naturales como lo es reducir plagas y enfermedades en diversos ecosistemas. Se vuelve alarmante cuando el Consejo Nacional de Control Contra Incendios nos proporciona datos confirmando que se han registrado anualmente más de 95 mil incendios en México; de los cuales el 90% se deben a descuidos humanos, esto lo asegura el Centro Nacional de Prevención de Desastres. Ambas instituciones tienen la esperanza de que los incendios forestales pueden prevenirse tomando las precauciones necesarias.

Desgraciadamente, el pensar en detener los incendios no es sólo eso, sino que no habrá agua suficiente para erradicarlos. Debido a las sequías que se han producido en los últimos meses alrededor del país, las cuales van en aumento a causa del calentamiento global, la posibilidad de detener futuros incendios va disminuyendo. Esto sólo nos deja ver cómo las ignorantes acciones y descuidos humanos nos están llevando hacia las catástrofes naturales cada vez que se realizan quemas agropecuarias o quemas de basura no controladas, al igual que cuando vamos al bosque y creamos fogatas abandonándolas sin asegurarnos de que estén totalmente apagadas.

Situaciones como estas, son sólo algunos ejemplos de que la actividad humana crea más incendios forestales que los que son causados por la naturaleza, como lo serían caídas de rayos o erupciones volcánicas. En marzo del presente año, la Secretaría de Defensa Nacional informó que sólo el 30% de los incendios forestales han sido liquidados por completo. Es necesario ser conscientes que en algún momento estás cifras aumentarán. Si ignoramos catástrofes como éstas todo el tiempo y sólo les tomamos importancia cuando suceden cerca de nosotros; nunca lograremos disminuir las estadísticas. Debemos ser responsables de nuestras obligaciones ambientales si queremos seguir viviendo relativamente bien durante la presente década.

Por: Diana Olivares Ramírez

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