Adultos que fingen ser adultos

De amor no se vive…

Cuando nos convertimos en adultos tenemos la estúpida idea de que, gracias a nuestras experiencias adolescentes, los 20´s son una buena edad para formalizar una relación amorosa, estable y con la que formaremos una familia.

Algo totalmente falso, no sabemos ni siquiera con certeza que nos espera en la vida, sobre todo en la vida laboral, porque siendo sinceros un amor adulto, es aquel que comparte gastos, que tiene estabilidad económica, que tolera malos hábitos, que se acostumbra a un mal carácter y a los constantes errores humanos de alguien externo; claro, el afecto hacia una persona es importante, pero como bien dicen, de amor no se vive.

Solemos tener una idea errónea de lo que es el amor, buscamos tener lo que nos falto en la infancia, creemos que al ser jóvenes podemos hacerlo todo, solo para llenar ese hueco que nos hizo creer que el amor entre nuestros padres separados si pudo haber sido posible, que es fácil criar a un bebe sin ser duro, o que cuidaremos cada acción y palabra, para no arruinar su vida.

Y tal vez suene amargado de mi parte, pero hablando racionalmente, ¿vale la pena dejar tu trabajo por una idea de amor? Yo no lo creo, el amor desgraciadamente es incierto, no existe un contrato que garantice que no te van a lastimar o a romperte el corazón; trae consigo mentiras, lagrimas, inseguridades, abandonos, traumas, infidelidades y tristeza.

El amor no es malo, siempre y cuando se logre entender que no es para siempre, que te van a lastimar y sobre todo que no debe ser la prioridad en tu vida.

 

Autor: Sara Castañeda Ahuatzin

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