LGBT D+errimo

 São Miguel, retrato cinematográfico de la isla LGTBIQ+

Cláudia Varejão propone en el festival de Venecia una película por la que se mudó a las Azores, se pasó años investigando a su comunidad ‘queer’ y hasta abrió un centro de apoyo.

Y el poblado completo de Rabo de Peixe, localizado en una de las regiones más pobres de Portugal, en la isla de São Miguel, Azores. Cuenta que, de golpe, apareció un conjunto de chicas, entre 15 y 18 años, con vestidos bastante cortos y maquilladísimas.

Aunque Lobo e cão, que se proyecta dichos días en el festival de Venecia, no ha sido el exclusivo fruto de aquel día. Pues, desde allí, Varejão inició una indagación que le llevó a pasar años en la isla, encontrar una amplísima presencia de residentes LGTBQI+, oír sus relatos, sus esperanzas y sus sufrimientos, y hasta ayudar a producir, con psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales, el centro de apoyo (A)MAR–Azores por la variedad.

“Me di cuenta de que la población en São Miguel, en especial los más pobres y mayor parte de población, vivía en un enorme silencio, más que nada católico: un peso gran y de vergüenza. A lo largo de meses, para el casting para la cinta, se entrevistó con centenares de ellos y ellas, buceó en sus historias y sus tragedias y, al final, escogió a unos cuantos para Lobo e cão: “Elegí por la proximidad de sus vidas a las de los personajes”.

Desde allí, en vez de los usuales ensayos sobre guion, la cineasta prefirió 3 meses de sesiones de conjunto, con la existencia de psicoterapeutas.

El resultado es un filme delicado, aunque a ratos duro, centrado en un conjunto de adolescentes, en el quiero de ser uno mismo y además el de partir hacia novedosas vivencias. Luis se siente a gusto indistintamente con ropa de dama y de hombre, Ana encuentra la atracción hacia su amiga Cloé y, de fondo, se mueven ambas almas de la isla: un libérrimo conjunto queer, donde cualquier persona es bienvenida, en especial para cantar y danzar. Y la sociedad clásica de São Miguel, donde ciertos comprenden, otros fingen no ver, sin embargo, además hay quien insulta o hasta golpea. “En el día a día de la isla, de Portugal y de todo el mundo, los prejuicios y la violencia siguen siendo constantes.

El camino le ha llevado hasta Lobo e cão. Y a proteger la independencia de cada persona, empero, además, en varias de las secuencias más poderosas del filme, la sociedad que tienen la posibilidad de crear: “Sin la iniciativa de conjunto es más complejo modificar algo.

Varejão quería retratar la realidad de São Miguel y el santuario es parte miembro de ella. “Es probablemente la zona más católica de Portugal.

No cabe duda que el activismo de las personas para la comunidad LGBT es de vital importancia para la visibilidad de nuestro colectivo, de tal manera que Cláudia Varejão lo logró a la perfección.

POR: Rey David Balderas Díaz

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